DESPARASITACIONES



  • Parasitos Internos

    Parasitos Internos

    Parasitos Internos

    Endoparásitos de Perros y Gatos

    Los parásitos internos, también llamados endoparásitos, son pequeños organismos (algunos con forma de gusano y otros microscópicos) que viven en el interior del cuerpo del animal, especialmente en el intestino, corazón, pulmones y riñones.

    Las lesiones que producen en los animales infestados pueden causar desde trastornos leves hasta una enfermedad grave y mortal. La correcta prevención de las infestaciones parasitarias con los medicamentos adecuados es fundamental para una correcta atención sanitaria de las mascotas y, en el caso de ciertas enfermedades también se contribuye a prevenir su contagio a los seres humanos, ya que algunos de estos parásitos representan una zoonosis.

    Diagnóstico

    Para confirmar el diagnóstico de infestación parasitaria, se debe recurrir a algunas pruebas de laboratorio concretas. Dichas pruebas pueden consistir en un examen al microscopio de las heces para buscar huevos tras la aplicación de una técnica de flotación especial o, en otros casos, un análisis de orina para la detección de la dioctofimosis o de sangre para la detección de la dirofilariosis (parasitosis que afectan el riñón y el corazón, respectivamente). Recomendamos realizar estos exámenes una vez al año en animales que viven en zonas ribereñas.

    También se puede optar por realizar otras pruebas diagnósticas, como una radiografía de tórax o una ecografía abdominal para evaluar posibles desórdenes en los órganos internos.

    Tratamiento

    Confirmado el diagnóstico de los gusanos intestinales, el tratamiento es simple y el objetivo consiste en eliminar los vermes redondos y chatos más habituales con una sola dosis de medicamento administrada por vía oral o a través de la piel. Enfermedades como la dirofilariosis son más difíciles de tratar, el tratamiento es caro y lleva consigo algunos riesgos y molestias para el paciente, por lo que recomendamos administrar a las mascotas que viven en zonas endémicas una vez al mes y durante todo el año una dosis microfilaricida. Para el caso de la dioctofimosis, el tratamiento suele ser médico y quirúrgico.

    Prevención

    Las enfermedades parasitarias provocadas por parásitos internos, como los gusanos intestinales y los gusanos del corazón, se pueden prevenir fácilmente con la administración periódica de productos antiparasitarios y la adopción de prácticas higiénicas. Dado que estos parásitos están ampliamente distribuidos en el ambiente y muchos tienen una gran resistencia a las condiciones ambientales adversas y el posible riesgo para la salud de la familia, es fundamental desparasitar periódicamente a todos los perros y gatos del hogar.

    En nuestra área de cobertura del servicio se encuentran zonas ribereñas aptas para el desarrollo de la dirofilariosis y dioctofimosis. Para la primera recomendamos tomar medidas para repeler mosquitos transmisores del gusano del corazón y administrar una medicación específica para prevenir la infestación. Para la segunda recomendamos evitar la ingesta de pescados crudos o de ranas.

    Según los factores de riesgo presentes en cada caso, elegiremos el programa de desparasitación más conveniente para su mascota en función de sus necesidades específicas y le indicaremos cuál es el producto más adecuado.


  • Enfermedades Transmitidas por Vectores

    Enfermedades Transmitidas por Vectores

    Enfermedades Transmitidas por Vectores

    Las enfermedades transmitidas por vectores están causadas por una gran variedad de agentes infecciosos que incluyen virus, bacterias y parásitos (protozoos y helmintos), y que son transmitidos por un elevado número de vectores como garrapatas, mosquitos y pulgas. Estas enfermedades se pueden controlar únicamente de forma eficaz si se conocen los patógenos y sus vectores.

    En esta sección intentaremos ofrecer un resumen de la mayoría de las enfermedades transmitidas por vectores de los perros y gatos. Es importante tener en cuenta que algunas de estas enfermedades afectan al ser humano, por lo que representan una zoonosis.

    Todas estas enfermedades suelen generar graves perjuicios en la salud de las mascotas y los tratamientos suelen ser complicados, por lo que la mejor herramienta para combatirlas es la prevención. En las temporadas de primavera y verano, cuando las condiciones ambientales suelen ser óptimas para el desarrollo de los vectores transmisores de enfermedades, es conveniente realizar tratamientos insecticidas, pulguicidas y garrapaticidas. Aconsejamos la aplicación mensual de estos tratamientos, tanto en la mascota como en el ambiente, y comenzar los mismos en los días con los primeros calores de la primavera.

    Resumen de enfermedades transmitidas por vectores


  • Parasitos Externos

    Parasitos Externos

    Parasitos Externos

    Los ectoparásitos o parásitos externos incluyen una gran variedad de artrópodos parásitos entre los que encontramos a las garrapatas, ácaros, pulgas, piojos, flebótomos, mosquitos y moscas.

    Son importantes porque pueden causar lesiones cutáneas y a través de las mismas inducir una respuesta inmunopatológica, también pueden transmitir agentes patógenos (enfermedades transmitidas por vectores) causando enfermedades generales, y además pueden ser zoonóticos.

    Las lesiones cutáneas pueden favorecer infecciones secundarias por bacterias o por hongos (Malassezia spp) y producir diversos tipos de dermatitis. La respuesta inmunitaria, inducida especialmente por la saliva del ectoparásito, puede dar lugar a reacciones alérgicas, siendo la más importante la dermatitis alérgica por picadura de pulgas.

    • Pulgas

      Pulgas

      Pulgas

      Las pulgas constituyen uno de los parásitos externos más frecuentes tanto de los perros como los gatos. La especie de mayor importancia para los animales de compañía es la llamada pulga del gato (Ctenocephalides felis) que, a pesar de su nombre, también ataca a los perros y a las personas.

      Las picaduras de pulgas provocan lesiones inflamatorias sobre la piel de las mascotas que ocasionan picazón (prurito), inquietud, molestias y un desmejoramiento de su estado general. Debido a la pérdida de sangre producto de la alimentación de las pulgas, los animales parasitados pueden presentar anemia.

      Además de estos daños directos, las pulgas también participan como hospedadores intermediarios en la transmisión de ciertas enfermedades que afectan tanto a las mascotas como al hombre. Entre las enfermedades más importantes de los animales de compañía que pueden contagiarse caben mencionar el Dipylidium caninum (un parásito intestinal) y la Haemobartonella felis (que se encuentra en la sangre y es productora de la Anemia Infecciosa Felina).

      La principal forma de contagio es a partir del contacto directo de un perro o gato con otro animal parasitado o a partir de un ambiente contaminado. El diagnóstico se realiza mediante la visualización de pulgas escondidas dentro del pelaje del animal, o por el hallazgo de la materia fecal de la pulga entre los pelos del perro o gato; o pequeños puntitos rojos sobre la piel de la mascota que corresponden a las lesiones producidas por las picaduras.

      El éxito en el control de las pulgas se logra encarando la lucha contra ellas tanto sobre las mascotas como en el ambiente donde habitualmente se encuentran. Existen una diversidad de productos en el mercado que le aconsejaremos utilizar según cada mascota y el ambiente donde ella vive.


    • Garrapatas

      Garrapatas

      Garrapatas

      Son parásitos externos de distintas especies de animales y constituyen uno de los grupos de parásitos externos más importantes, no solo por los daños directos que ocasionan a los animales de compañía sino también por la gran cantidad de enfermedades infecciosas que transmiten.

      Las garrapatas poseen una extraordinaria longevidad. Este atributo no solo las perpetúa en el ambiente sino que, además, también prolonga la supervivencia en el medio de los patógenos que ellas transportan, dificultando así el control de dichas enfermedades.

      Todas ellas se alimentan de la sangre del animal parasitado, es decir, son hematófagas. En nuestro país, la garrapata que con mayor frecuencia afecta a las mascotas es la llamada comúnmente garrapata marrón del perro (Riphicephalus sanguíneus). Los perros son más frecuentemente afectados, y los gatos en menor medida. Los seres humanos también pueden ser afectados.

      El contagio de un perro o un gato con garrapatas se produce luego de que estas mascotas entran en contacto con un ambiente infestado por estos parásitos, quienes se suben a los animales para alimentarse.

      Debido a su tipo de alimentación, las garrapatas pueden provocar en el animal parasitado debilidad, enflaquecimiento progresivo, anemia (por la gran pérdida de sangre) e incluso la muerte. El daño mecánico de la picadura del parásito, sumado a los efectos de las sustancias irritantes de su saliva, provocan lesiones inflamatorias de la piel que se manifiestan como rascado e inquietud. La saliva también puede ocasionar trastornos neuromusculares en el animal parasitado que derivan en un cuadro de síntomas conocido como “parálisis producida por la garrapata”.

      Además de estos problemas, las garrapatas ofrecen el riesgo potencial de contagio de distintas enfermedades infecciosas, como la Piroplasmosis o Babesiosis, la Ehrlichiosis y la Enfermedad de Lyme o Borreliosis. Todas ellas pueden contagiarse al hombre por lo que hay que tener cuidado con un eventual contacto con la sangre que han ingerido estos parásitos (por ejemplo, si se intenta despegar las garrapatas de la mascota sin ninguna protección en las manos). En los últimos años, se incrementaron los casos de Hepatozoonosis, enfermedad parasitaria transmitida también por la garrapata.

      La aplicación preventiva de productos garrapaticidas a la mascota durante todo el año, y el mantenimiento de la higiene ambiental son la base de la prevención. Existen en el mercado distintos productos y con diversas formas de aplicación desarrolladas para el control de los parásitos externos de los animales de compañía, tanto pulgas, garrapatas como también piojos.

      En cuanto al control ambiental, recomendamos pasar regularmente la aspiradora tanto en las alfombras como debajo de los sillones y muebles del hogar, lavar con frecuencia la cama de la mascota o los caniles y fumigar las paredes hasta un metro de altura. Si vive en una casa con jardín es conveniente mantener bien corto el pasto. Evite que su perro o gato ingrese a terrenos baldíos donde pudiera haber pastizales. Si realiza alguna salida con su mascota a espacios públicos o al campo aconsejamos revisar el pelaje del animal a su regreso a su casa.


    • Sarna

      Sarna

      Sarna

      La sarna es una infestación parasitaria de la piel producida por un ácaro. Este ácaro es microscópico, por lo que apenas puede verse a simple vista. En la mayoría de los tipos de sarna el signo principal son las lesiones escamosas y a veces supurativas de la piel acompañada de un prurito intenso. Según el ácaro en cuestión la sarna puede ser sarcóptica, demodéctica u otodéctica.

      Sarna sarcóptica

      El agente causal es el Sarcoptes scabiei, es específica de los perros aunque, eventualmente, puede afectar al gato y al hombre. En perros, las hembras de los ácaros cavan túneles en la piel donde depositan sus huevos, y son estos túneles, junto con la materia fecal de los ácaros, los que causan el intenso prurito que caracteriza a esta enfermedad. Es muy contagiosa. La piel afectada se encuentra inflamada con caída del pelo y formación de costras secas, favoreciendo la aparición de infecciones secundarias.

      El diagnóstico se confirma a través de un raspaje de piel y la visualización del ácaro a través del microscopio.

      El tratamiento dependerá del tipo de infestación y del animal afectado, en general son de utilidad las ivermectinas administradas de manera inyectable u oral, complementadas con baños acaricidas.

      Sarna demodéctica

      El agente causal es el Demodex canis, que afecta las capas profundas de la piel en la cual se aloja y se alimenta. El demodex es un habitante normal de la piel, siendo el desarrollo de esta patología frecuente en cachorros de hasta un año de edad (demodeccia congénita), pero puede aparecer también en perros adultos (demodeccia adquirida) asociada a un estado de inmunosupresión (infecciones, otras parasitosis, estados de desnutrición, estrés) que le abre una puerta a este parásito. A diferencia de la sarna sarcóptica, esta sarna no es contagiosa y se caracteriza por la presencia de pústulas de las zonas afectadas.

      El diagnóstico se confirma mediante raspaje de piel y visualización del ácaro en el microscopio. Los tratamientos suelen ser largos, y su éxito depende en gran medida de la constancia del propietario para administrarlo. El hecho que las lesiones se hayan resuelto no implica necesariamente que el tratamiento deba interrumpirse, el mismo debe continuarse hasta que los raspajes de piel sean negativos.

      Como medida preventiva recomendamos evitar las situaciones que pongan en riesgo la salud de su mascota y poner en práctica las medidas necesarias para elevar las defensas, esto se logra vacunando y desparasitando cuando corresponda y evitando situaciones de estrés.

      Como medida de control, se recomienda la castración de animales demodécticos para evitar la demodeccia congénita.

      Sarna Otodéctica

      Tanto los perros como los gatos pueden infestarse por el Otodectes cynotis. Estos ectoparásitos causan irritación grave del conducto auditivo, donde se acumulan residuos de escamas, costras y cerumen. Con frecuencia aparece infección secundaria bacteriana junto a la infestación del ácaro.

      Luego del examen físico, para su diagnóstico se puede recurrir a un examen visual (retirando una muestra con hisopo y acercando la misma a una fuente de luz) o a través de un raspaje. Al visualizar a través del microscopio al Otodectes cynotis o sus huevos, el diagnóstico es definitivo.

      El tratamiento incluye hacer una correcta limpieza del conducto auditivo con soluciones antisépticas, para luego aplicar el tratamiento ótico específico para que pueda entrar en contacto con los ácaros.




“ Hola Pablo, mi familia y yo te agradecemos por el trato afectuoso que has tenido con Mora. Saludos!! ”